Wiki Dishonored
Advertisement

[Pasaje del informe secreto de un decano]

Llevo más de un año viviendo lejos de la abadía, sin la compañía de mis hermanos decanos y sin la guía de las hermanas ciegas de la orden del oráculo. He dormido durante días en guaridas de ladrones, asesinos y cosas peores; y por las noches he merodeado por los peores callejones y por los rincones más abyectos de Dunwall. He comido con asesinos. Algunas veces, me he aventurado más allá de las murallas de la ciudad, y he visitado cementerios olvidados y las ruinas exteriores, frecuentadas por gente de la peor calaña.

Me ha crecido la barba, y llevo la ropa ajada y los trozos de cuero hervido tan habituales entre las bandas de Bottle Street y de Hatter, y por los rudos hombres y mujeres que viven de acuchillarse unos a otros a cambio de dinero. Es cierto que mis manos se han manchado con el rojo de la sangre, pero he elegido a mis objetivos con cautela. Escogí solo a criminales y a herejes que no eran aptos para vivir; los ejecuté de manera justa y utilicé sus muertes para aumentar mi reputación. Hasta ahora, este engaño me ha permitido hacerme un nombre entre mis colegas asesinos sin tener que quitar la vida a inocentes.

Mi meta es peculiar: debo impresionar al asesino llamado Daud para poder acercarme a él.

De todos los practicantes de magia negra a los que hemos seguido, ninguno preocupa a la abadía tanto como Daud. Dicen que su madre era una bruja de uno de los archipiélagos ubicados frente a la costa de Pandyssia, y que fue secuestrada por piratas que se aventuraban a alejarse de las islas. Según la leyenda, cuando el barco regresó, el capitán había muerto, la bruja controlaba a la tripulación y Daud no era más que una sombra en su vientre.

Las primeras historias hablan de un asesino despiadado, que se movía entre los comerciantes y los agentes de la Guardia de Dunwall como un segador entre el trigo. A esa etapa la siguió un periodo de silencio, durante el cual ahora creemos que viajó por las islas, estudió anatomía y ocultismo en los grandes salones del conocimiento y en sótanos escondidos, frecuentados por otros interesados en las artes prohibidas. Se dice que Daud incluso pasó un invierno en la mismísima Academia de Filosofía natural. Y, durante un tiempo, hasta que se produjo un cisma, las brujas de Brigmore fueron sus aliadas. Mientras tanto, perfeccionó sus habilidades y, durante esta época, creemos que empezó a relacionarse con el Forastero.

Surgieron nuevos informes sobre un asesino de piel oscura, pagado por la élite para eliminar a sus rivales en Dunwall y en otras grandes ciudades de las islas. Muy pocos lo vieron y vivieron para contarlo, pero todos mencionaron algo extraño: aparecía y se desvanecía como el humo. Desde un tejado cercano, hacía un gesto y una mujer noble caía desde su balcón al abismo para estrellarse contra los adoquines de abajo. Recientemente, tras la creciente amenaza de peste en Dunwall, Daud ha sido visto liderando a un grupo de hombres vestidos con cuero oscuro, al estilo de los balleneros de las fábricas con sus mascarillas para vapores. Para ser alguien tan poco importante, parecen serle leales hasta el fanatismo, lo cual me hace preguntarme si utilizará parte de su magia para nublar sus mentes y esclavizarlos.

Hace un mes, una joven dijo haber presenciado una extraña escena. De camino a casa de su madre tullida, a la que llevaba una botella de leche, tomó un atajo por el barrio de los sastres. En una calle estrecha, al pasar bajo una ventana, oyó unos sonidos extraños que salían del interior. Al apartar un poco la cortina raída, la chica vio un apartamento abandonado, usado por granujas para jugar y traficar con hierba de habber. Habían erigido un santuario ocultista en la pared más alejada, que reconoció gracias a las instrucciones dadas por su decano local. Un hombre que describió como parecido a Daud estaba arrodillado ante el santuario, hablando entre dientes a un espíritu invisible como si estuvieran discutiendo. Tomó una talla de hueso pálido del altar que tenía ante él y todas las luces se apagaron a causa de una corriente repentina de aire impuro. Ella se alejó sin hacer ruido, como un ratón de campo, y corrió hasta llegar a su casa.

No hay duda posible: Daud es un agente del Forastero y debe morir, ya que su maldad no tiene límite. Este es mi solemne juramento y el principal propósito de mi vida. Hasta que Daud muera y su corrupción haya sido purgada del mundo, seguiré moviéndome entre los depravados, acercándome a él. No abandonaré mi disfraz ni volveré a ponerme mi máscara de decano hasta que Daud deje de respirar.

Advertisement