[Pasaje de una publicación sobre naturaleza, de Piero Joplin]
Curiosamente, el molusco de río posee rasgos anatómicos tanto masculinos como femeninos. Solo puede uno imaginar lo que eso supondría para la sociedad humana, si tal hecho se diera en nuestra propia especie. ¿Prescindiríamos por completo del cortejo y los bailes? Imaginemos el aumento de eficiencia, al dedicarnos todos a los asuntos verdaderamente importantes de la vida. La filosofía natural, por supuesto, pero también la industria y la ley. Y cuando fuera necesario reemplazar a los miembros más ancianos de nuestra sociedad por otros más jóvenes y vigorosos, uno podría simplemente entregarse al proceso de auto-fecundación y producir la descendencia deseada.
Volviendo al asunto que nos ocupa, aunque cualquier molusco de río es perfectamente capaz de inseminarse a sí mismo, también debe señalarse que la reproducción se realiza a menudo entre distintos especímenes. Esto sucede cuando los moluscos de río viven en colonias, apiñados unos sobre otros, como cuando se fijan al pilote de madera de un astillero. En estos casos, cuando uno de los moluscos suelta sus fluidos, caen sobre el resto de la colonia, lo que se traduce en la mezcla de líneas de sangre.