[Pasaje de una visión histórica general sobre la arquitectura de Dunwall]
A lo largo de generaciones, los acueductos y túneles bajo la ciudad de Dunwall han tenido diversas utilidades.
En los primeros tiempos de la historia de la ciudad, se usaron varios canales principales para controlar el agua que se desbordaba del río en épocas de inundaciones. Y, durante un tiempo, estuvo de moda entre aristócratas ricos encargar pasadizos subterráneos de agua, desde los que acceder a sus haciendas desde el río Wrenhaven y sus afluentes menores. Con los años, esos túneles empezaron a interconectarse, unas veces deliberadamente y otras por casualidad.
La red de túneles tiene una historia muy rica. Como todo colegial aprende en la escuela, los rebeldes usaron mucho las cloacas durante la insurrección de Morley. Como narran ciertas canciones populares de bar, los amantes encuentran a menudo algo de intimidad en algunos de los puntos de entrada más limpios, con aire fresco que entra gracias a los vientos procedentes del propio río. Por otro lado, mucho más oscuro, además de ver movimiento de bandas y contrabandistas, se rumorea que el mismísimo jefe real de espionaje actual, Hiram Burrows, cuenta con una red de informantes que conocen los giros y vueltas del sistema de alcantarillado como las palmas de sus manos.
Hasta hace poco, los túneles más antiguos sufrían constantes derrumbes, que creaban grandes simas que a veces se tragaban esquinas completas de ciertas calles. La red actual rara vez sufre tales desastres, desde que el departamento de urbanismo se encargó de reforzar y ampliar las cloacas durante el reinado del emperador Euhorn Kaldwin I.